Hoy día la gente piensa que todo es de usar, sustituir y
tirar…
La sociedad está cumpliendo un proceso de metamorfosis en el
cual las cosas buenas se dejan de lado y damos paso a la mal intención, al
egoísmo, al recelo, a la falta de afecto.
Y es que no nos damos cuenta de que los pilares de los
cuales estamos sostenidos, son tan frágiles y destructibles al primer sismo
emocional, como frágiles son nuestras promesas…
No se puede concebir la vida como mero paso por la misma, hay
que fijar bases firmes sobre las cuales edificar nuestro futuro. Bases como el
amor, la solidaridad, el respeto, la educación, la fe.
Tratar a quienes nos rodean con la misma balanza con la que
medimos nuestra vida, en definitiva no somos nada estando solos, todos
necesitamos de los demás en mayor o menor medida y es que de eso se trata ser
una buena persona.
No es de frágiles ni de cobardes pedir ayuda, ni de
entrometidos el ayudar…
Lo que no se puede es ser un tsunami en la vida de los
demás, no podemos estar derrumbando y machacando la vida ajena, no es sano en
absoluto, menos cuando creemos que lo hacemos por una “buena” causa.
Qué lamentable es vivir rodeado de gente tóxica que no hace
más que desperdiciar su vida y arruinar la de los demás.
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